Portomarín es una encantadora localidad gallega, situada en la provincia de Lugo. Nacida a los pies del Río Miño, la localidad cuenta con una historia y tradición que sirve de reclamo a numerosos turistas. También es de interés de los peregrinos, ya que se trata de una parada muy reclamada del Camino Francés al ser el final de la primera etapa de la ruta que se comienza desde Sarria. Si no conoces la región y quieres hacerlo, te enseñamos 7 cosas que hacer en Portomarín.
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Iglesia de San Nicolas
También conocida como la Iglesia de San Juan, fue el determinante principal para que la población se convirtiese en parada obligatoria del Camino de Santiago en la Edad Media. La iglesia fue levantada a caballo entre los siglos XIII y XIII, piedra a piedra. Precisamente por lo estratégico del lugar donde se encuentra (conecta con el único puente que en el medievo atravesaba el Miño entre Lugo y Ourense), la iglesia fue planteada como una auténtica fortaleza de la arquitectura medieval gallega.
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Escalinata y capilla de las nieves
La escalinata de Portomarín es la entrada más concurrida de la localidad. Por ella suben los peregrinos que vienen haciendo el Camino de Santiago desde Sarria en la ruta francesa. En lo alto de las escaleras se encuentra la Capilla de las Nieves. La Capilla de las Nieves era la capilla del viejo hospital de la Orden de San Juan, y la escalinata que hay que subir para llegar hasta ella pertenece al antiguo puente medieval de la localidad. Desde lo alto de la capilla se tiene una vista espectacular del Embalse de Belesar.
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El Pazo del Conde de la Maza
La visita al Pazo del Conde de la Maza es sin duda una parada obligatoria que hacer en Portomarín. El monumento, construido en el siglo XVI, fue uno de los pocos que se salvaron de la inundación del embalse de Belesar, y ha sido restaurado años más tarde. Gracias a que fue trasladado piedra a piedra se ha convertido en un exponente de la arquitectura civil gallega.
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El viejo pueblo de Portomarín
La villa de Portomarín fue creada en el medievo por los hombres a orillas del río Miño, y por el lugar pasaron los Reyes Católicos, Carlos V o Felipe II. La inundación del embalse de Belesar provocó que la mayoría de monumentos tuviesen que trasladarse creando el nuevo Portomarín, pero el espíritu de la villa no pudo trasladarse. Cuando las aguas del Miño bajan, todavía pueden verse los restos de los terrenos con viñedos, monumentos y pueblos enteros que fueron inundados.
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Terraza sobre el Río Miño en el Club Náutico
Las terrazas del Zona Verde y el Gaddafi son un lugar de referencia para el ocio de la ciudad, y uno de las paradas favoritas que hacer en Portomarín.
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Capilla de la Magdalena
Si bien la mayoría de los monumentos suelen llamar la atención por su majestuosidad, pero precisamente la Capilla de la Magdalena brilla con luz propia por todo lo contrario: la simpleza de sus líneas y construcción, de granito gallego. Se encuentra en Ventas de Narón, un lugar recóndito al que se llega a las afueras de Portomarín.
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Castro de Castromaior
Castromaior se construye en la Edad del Hierro, y la ocupación de poblado es permanente hasta el acercamiento de los romanos, cuando el castro es abandonado. El poblado experimentó una cierta evolución desde su origen, y en la actualidad es una parada imprescindible que hacer en Portomarín para ver desde lo alto de la elevación en la que se encuentra toda la comarca.
Además de estos lugares, Portomarín también cuenta con numerosos albergues y restaurantes tanto para visitantes como peregrinos que paran en la localidad durante su camino a Santiago.